La guerra contra el Covid-19 se libra en las UCI de los hospitales, pero la primera línea de batalla está en las casas de los enfermos, a donde acuden los sanitarios de los servicios de emergencias médicas. Su trabajo salva vidas y son la esperanza de los contagiados para ganar al virus. Desgraciadamente, muchas veces son también la última imagen que los familiares tienen de sus seres queridos, cuando abandonan el hogar para no volver jamas. Un vacío en el duelo que genera una angustia que no puede ser curada, pero a la que estos profesionales que se esconden bajo equipos de protección intentan dar paz.

Un equipo del la unidad de emergencias médicas de Madrid (SUMMA) vestidos con sus EPI – se preparan para entrar al interior de un domicilio en Madrid sospechoso de que el paciente se trate un positivo Covid-19

Un equipo de la unidad de emergencias médicas de Madrid (SUMMA) atiende a un paciente sospechoso de ser positivo de Covid-19 en el interior de su casa.

Un equipo de la unidad de emergencias médicas de Madrid realiza un traslado de un paciente de Covid-19 entre UCIs.

El interior de una unidad UCI de un hospital de Madrid repleto de pacientes con coronavirus.

Un equipo de la unidad de emergencias médicas de Madrid realiza un traslado de un paciente de Covid-19 entre UCIs.

Un médico de la unidad de emergencias médicas de Madrid valora la información obtenida de un paciente desde la central para decidir el protocolo antes de entrar al interior de un domicilio en Madrid sospechoso de que el paciente se trate un positivo.

El equipo se prepara para entrar al interior de un domicilio en Madrid donde se sospecha que hay un paciente contagiado.

A día de hoy, por protocolo, cualquier enfermo sospechoso de poder ser positivo de Covid-19 obliga a que todo el equipo se vista con EPI.

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