No hay rutina de belleza que busque lograr una piel perfecta que se entienda sin la presencia de agua y jabón, ya que lavarse la cara es uno de los primeros pasos para asegurar el éxito en esta tarea. Así hay que afanarse para en frotar con cuidado para no provocar daño a la piel, desde la frente a mentón y, de esta forma, permitir que el resto de productos que aplicamos a nuestra dermis sean más eficaces.

Sin embargo, y aunque parece una rutina de lo más simple, llevamos lavándonos mal la cara toda la vida ¡sin darnos cuenta! Hay errores que (casi) todos cometemos y que nos llevan a que el resultado final no sea el esperado. Uno de ellos es realizar esta limpieza solo una vez al día, ya que deberíamos hacerlo nada más despertarse y justo antes de dormir. Por otro lado, otra equivocación es aplicar los productos de cosmética sin sentido y es que hay un orden que garantiza su máxima eficacia Por último, el tiempo que dedicamos a la limpieza de nuestro rostro es nuestro tercer enemigo, ya que tan malo es invertir unos pocos segundos como muchos minutos. El tiempo exacto de esta acción limpiadora debería ser de un minuto.

Claro que, no hay agua y jabón que puedan penetrar en los poros si no les brindamos la ayuda necesaria (y sí, viene de la mano de la tecnología). Los cepillos eléctricos faciales se han convertido en uno de los accesorios de belleza que no debe faltar en ninguna casa, pues favorecen una limpieza en profundidad del cutis a la vez que velan por la salud (y delicadeza) de la piel del rostro. Un gadget del que solo se pueden decir ventajas… Y más si encuentras uno como este de Misiki, a la venta en Amazon, que, además de estar un 33% rebajado, cuesta poco más de 20 euros.

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– Más allá de la cara. Este cepillo eléctrico ha sido diseñado para limpiar en profundidad el rostro, pero, también, es apto para el cuello, los hombros o el escote, zonas donde el poro suele ser más profundo y, por tanto, más sensible a la aparición de puntos negros o espinillas. Para ello, cuenta con tres velocidades diferentes que se adaptan a la dureza de cada zona.

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