Hay ciertos alimentos que, si los tenemos demasiado en la nevera, son propensos a convertirse en pasto del moho. Aunque la sabiduría popular dice que al menos hay que retirar las partes contaminadas del alimento, y es poco probable que nos sentamos tentados de comerlos (el moho resulta algo desagradable a la vista y al olfato), puede ser que alguien se siga preguntando que pasa si ingerimos algunos alimentos con moho.

¿Debemos deshacernos de las fresas con moho?

Las fresas, como otras frutas, son especialmente vulnerables a la invasión de este hongo. Así que no va a ser raro que al cabo de unos pocos días, nos dispongamos a comérnoslas y nos las encontremos cubiertas de pelitos blancos, grises, negros o verdes.

Pues bien, si este es el caso, lo más recomendable es deshacerse de todas las fresas que estén contaminadas, aunque sea poco, y de las más cercanas o las que estuvieran en contacto.

Y es que los mohos son hongos microscópicos, e incluso en aquellas partes en las que no veamos los pelos es probable que estén presentes. Además, hunden una especie de raíces, llamadas hifas, hacia el interior del alimento.

¿Qué problemas puede provocar el moho?

Si decidimos seguir adelante y comer las fresas contaminadas, lo más probable es que simplemente notemos el desagradable sabor del moho y no queramos continuar comiéndolas.

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