La irrupción de Covid-19 nos ha obligado a replantearnos muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Si hace unos meses alguien nos hubiera predicho el confinamiento y las consecuencias sanitarias de una pandemia como la actual, lo hubiéramos asociado a una película de ciencia ficción o a lo sumo algo que puede suceder en lugares muy distantes al nuestro.

Un ejemplo de ese tipo de casos epidémicos lejanos es el brote de la enfermedad del Ébola extendido principalmente por algunas regiones de África en el 2014.

A raíz de aquella dramática experiencia, en 2015 surgió una iniciativa de un grupo de entidades de salud pública, coordinada por la Organización Mundial de la Salud y gestionada por la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos. Uno de sus frutos fue Go.Data, una herramienta de investigación de brotes para el rastreo de los contactos durante emergencias de salud pública.

¿Qué es el rastreo de los contactos?

Los epidemiólogos han insistido desde el principio en los tres pilares clave para el control de una epidemia como Covid-19: los test masivos, el rastreo de contactos y el aislamiento. El rastreo de contactos es el objetivo de Go.Data.

Aquellas personas que están en contacto con alguien infectado por el virus corren un riesgo muy elevado de infectarse y también de infectar a terceros. Por ello, es clave observar estos contactos tras la exposición a una persona infectada. Por un lado, ayuda a proporcionar la atención necesaria y por otro, se evita una mayor transmisión del virus.

Este proceso de seguimiento se denomina rastreo de los contactos y se puede dividir en tres etapas:

Identificación de contactos. Tras confirmar que alguien está infectado por un virus, se investigan sus movimientos y se identifica a aquellas personas cercanas físicamente en algún momento desde el principio de su contagio. Pueden ser familiares, amigos, compañeros de trabajo,

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