No sale de casa pero la actividad, lejos de disminuir, crece a diario. Su teléfono necesita conectarse al enchufe en varias ocasiones a lo largo de la jornada a juzgar por sus intervenciones. La videollamada es el pan de cada día de confinamiento de Estanislao Nistal, una de las voces más autorizadas en una crisis que iba a llegar y no supimos ver. Él confía en que, tras esto, aprendamos. Maneja un optimismo contagioso que se apoya en el saber, en conocimientos adquiridos por este virólogo leonés de prestigio que explica no sólo el pasado y el presente, sino también lo que vendrá a partir de ahora. De aquellos días lejanos en Toral de los Guzmanes saca lecciones de vida y de ciencia. Quién iba a decir que de aquella laguna que los viejos querían tapar surgiria tanta verdad empírica.

– ¿Cómo aparece esta pandemia? ¿Por qué no la hemos visto venir?

– Si miramos los periódicos vemos la evolución de todo. En el año 2003 tuvimos un aviso muy grande con el SARS, que a lo mejor no está presente en la memoria de la gente más joven. Fue un virus que causó un gravísimo problema en la comunicación entre países y nos puso en alerta. En aquel momento no fue tan exagerado como ahora, se empezó a trabajar en vacunas y antivirales, fuimos capaces de contenerlo y nos olvidamos. Diez años después llegó el MERS. Era un virus muy poderoso ante el que nos volvimos a llevar las manos a la cabeza y lo acabamos pasando, salvo casos aislados. Seguramente, sin criticar a ese campo, nos acordamos mejor de quién ha ganado la Champions en estos años que de aquellos estos de coronavirus. Esa memoria y el no haber reaccionado nos llevan a la situación actual tras haber malgastando recursos en otras cosas y no en seguir desarrollando antivirales que hoy servirían.

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