Conversar es un placer y conversar adecuadamente, además, todo un arte, por eso, intentar hablar con alguien que no escucha puede convertirse en un martirio y provocar una enorme frustración. Pero, ¿qué puede motivar a una persona a no escuchar a su interlocutor? Los especialistas consideran importante reconocer sus causas para poder llegar a posibles soluciones.

Detrás de esta ‘sordera’ puede encontrarse lo que los expertos denominan sesgo de confirmación, es decir, personas que solo escuchan lo que quieren. Son receptivas a oír lo que confirma sus propias creencias pero no tienen en cuenta ni dan por válido cualquier cosa que no se ajusta a sus gustos.

Relacionado con este sesgo está la disonancia cognitiva, que suele ocurrir cuando dos personas o un grupo de personas están enfadadas. La mente rechaza toda propuesta de comunicación y cualquier dato disonante, aunque el otro tenga razón, solo por permanecer fiel a lo que siente en ese momento.

En ocasiones no es necesario siquiera estar enfadado con nuestro interlocutor. Estar cansados, haber tenido un mal día en el trabajo, tener una preocupación o estar desbordados por las emociones pueden ser también motivos mas que suficientes para no practicar la escucha activa.

También están las personas con perfil narcisista, es decir, aquellas que no oyen porque solo se escuchan a sí mismos.

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