Un problema muy común cada año es la aparición de piojos en los más pequeños. Unos parásitos realmente molestos que se adhieren al cabello y que se alimentan de la sangre humana. Su capacidad de propagación es muy rápida y por eso es tan habitual en colegios y centros escolares. Además, eliminarlos puede parecer una misión prácticamente imposible.

Como detallan en la Asociación Española de Pediatría (AEP), los piojos se transmiten de una persona a otra por el contacto directo y, una vez en el cabello, crecen de forma rápida colocando sus huevos.

«Cada piojo hembra pone de 6 a 10 liendres (que son los huevos del piojo) al día», explican. A los 8-10 días sale el piojo del huevo y empieza a picar. «A las dos semanas, este piojo se ha convertido en adulto y comienza a multiplicarse», añaden.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas que producen los piojos son inconfundibles y ante la mínima sospecha hay que revisar la cabeza, sobre todo detrás de la nuca y de las orejas, que es donde suelen adherirse. Como detallan en Mayo Clinic, los signos de alerta más frecuentes son los siguientes:

  • Picazón intensa en el cuero cabelludo, en el cuerpo o en la zona genital.
  • Sensación de cosquilleo por el movimiento del cabello.

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