Las 1.396 camas de sábanas blancas, un delgado colchón, carentes de un cabecero, se esparcen en línea y bien separados sobre la moqueta gris de tres de los pabellones gigantescos y anodinos de la Feria de Madrid (el antiguo Ifema), los número cinco, siete y nueve, donde en otras ocasiones se han celebrado citas como la Cumbre del Clima. Ahora solo hay espacio libre como barrera a un virus que dicen no puede saltar más de dos metros, mientras empiezan a trasladarse a este extraño hospital de emergencia los primeros pacientes.

Las circunstancias al límite que vive Madrid obliga a la improvisación, para poder acostar a las miles de personas (unos 9.000 contagios según el último recuento) que cada día acuden a los hospitales de la ciudad. La Consejería de Sanidad asegura que podrá doblar su capacidad, si «la situación lo requiere». Incluso podría llegar a las 5.000 camas. Ya se ha comenzado con el traslado de enfermos leves. En una hora, más de cien.

Con más de 1.700 contagiados y 1.900 altas, la Comunidad de Madrid ha encargado, en paralelo al Gobierno central, 300 respiradores, miles de test y miles batas y mascarillas desechables, asegura Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la comunidad desde su reclusión por COVID-19. «Sin este material las UCI podrían colapsar», dice en una entrevista al canal regional. «Seguimos adelante medicalizando hoteles para pacientes y personal».

Los madrileños se han volcado a responder a la emergencia. Unos 7.400 voluntarios, junto a 90 ONG y otras entidades se apuntaron en 24 horas en el registro de la Comunidad, según la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad.

Personal de Emergencias montan las camas en la Feria de Madrid.Personal de Emergencias montan las camas en la Feria de Madrid. / Comunidad de Madrid

El gigantesco hospital del Ifema, reconvertido en 18 horas, cuenta con casi 100 camas en una desmontable Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), que comenzará a llenarse.

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