EUROPA PRESS

  • Ayudar a las madres a amamantar equivaldría en Reino Unido a eliminar unos 60.000 coches al año.
  • Sólo el 41% de los 141 millones de bebés que nacen cada año en el mundo son amamantados por 6 meses.

Lactancia

El coste ambiental de la leche formulada para bebés debería ser motivo de preocupación mundial. Es lo que aseguran expertos en un artículo publicado en el British Medical Journal (BMJ). «La producción de fórmulas innecesarias para bebés y niños pequeños exacerba el daño ambiental», argumentan.

La doctora Natalie Shenker, miembro de UKRI Future Leaders Fellow, del Imperial College de Londres, y sus colegas destacan que la investigación muestra que la lactancia materna durante seis meses ahorra aproximadamente al equivalente de 95-153 kg de CO2 por bebé en comparación con la alimentación con fórmula (leches en polvo y otros productos similares).

Solo en el Reino Unido, los ahorros de emisiones de carbono obtenidos al ayudar a las madres a amamantar equivaldrían a sacar de la carretera entre 50.000 y 77.500 coches cada año, aseguran. Por ello, exigen medidas urgentes por parte del gobierno para apoyar la lactancia materna como parte de un compromiso global para reducir la huella de carbono en todas las esferas de la vida.

La industria alimentaria, particularmente la producción de carne y lácteos, contribuye con alrededor del 30% de los gases de efecto invernadero globales, explican. La mayoría de las fórmulas se basan en leche de vaca en polvo y el metano del ganado es un potente y significativo gas de efecto invernadero, al tiempo que la leche de vaca tiene una huella hídrica de hasta 4.700 litros por kilogramo de polvo.

Además, la leche en polvo para bebés se puede preparar de forma segura solo con agua que se haya calentado a al menos 70 ° C, lo que proporciona un uso de energía equivalente a cargar 200 millones de teléfonos inteligentes cada año. Y la mitad de los gases de efecto invernadero asociados a la producción de este tipo de leche provienen de fórmulas de seguimiento, que son innecesarias y potencialmente dañinas, según los reguladores.

Un enorme impacto medioambiental

En términos de desechos, un estudio de 2009 también mostró que se agregan 550 millones de latas de fórmula para leche infantil,

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