Muchas personas darían lo que fuera por tener éxito y reconocimiento, o al menos, esos 15 minutos de fama que Andy Warhol consideraba le correspondían a todo hijo de vecino. Y quizás 15 minutos serían mas que suficiente, porque lo cierto es que el mundo está plagado de famosos que se dejarían cortar el dedo meñique por vivir en el anonimato otra vez.

Los casos en los que la fama ha sido mal digerida por sus protagonistas darían para escribir una enciclopedia exclusiva del tema: desde Marilyn Monroe a Lindsay Lohan, pasando por Macaulay Culkin, Charlie Sheen o los trágicos finales de Heath Ledger o Amy Winehouse.

La fama es un arma de doble filo y uno de ellos es tan afilado que puede acabar por hacer mucho daño si no se está lo suficientemente preparado para recibir el corte. Los expertos aseguran que el éxito y la fama suponen factores de riesgo de inestabilidad emocional y mental cuando no existe autoconocimiento por parte de la persona efectada, lo que puede desembocar en ansiedad, problemas en el estado de ánimo y consumo de alcohol y drogas.

Por otro lado, a medida que aumenta la fama es posible que también lo haga el aislamiento,

 » Leer más