Un estudio clínico del Hospital General de Massachusetts (EE UU) ha proporcionado cierta esperanza a aquellos que padecen de diabetes de tipo 1. Tras cinco años de investigaciones, han obtenido unos resultados reveladores: una vacuna de más de 100 años que se usa contra la tuberculosis y el cáncer de vejiga podría servir para detener la causa fundamental de este tipo de diabetes.

La autora principal del estudio es la doctora Denise Faustman, directora del Laboratorio de Inmunología del Hospital General de Massachusetts, que asegura que los resultados muestran que esta vacuna serviría «para reducir establemente los azúcares en la sangre a niveles casi normales, incluso en pacientes con enfermedades de larga duración».

Según informa un medio de difusión de información sobre la diabetes, el estudio se realizó tratando a 52 participantes que tuvieran diabetes tipo 1 con dosis de la vacuna BGC (para la tuberculosis). Tras cuatro años, observaron que los niveles de HbA1c (azúcar en la sangre) habían disminuido entre el 15% y el 18%.

Un año después, ese nivel de azúcar era del 6,1%, una cifra que estás por debajo del umbral de lo normal (del 6,5%) que se diagnostica en pacientes con diabetes. Esto es posible gracias a que la vacuna utilizada para la tuberculosis (BCG) aumenta la producción de un tipo de proteína llamada TNF, que ayuda a combatir la tuberculosis luchando con las células malignas y restaurándolas.

Así, los investigadores decidieron ver el efecto que este tipo de vacuna podría tener en los niveles de azúcar en sangre, descubriendo un cambio en la glucosa del cuerpo de los participantes, que pasaron de la fosforilación oxidativa (medio para producir energía en el cuerpo) a la glicósis aeróbica (medio para producir energía durante el ejercicio aeróbico que requiere un mayor consumo de glucosa). Ese descubrimiento demostró que la vacuna de la tuberculosis podría servir como tratamiento también para la diabetes de tipo 2.

Ahora, se están llevando varios ensayos a grupos de participantes con diabetes de tipo 1 que están recibiendo dosis de la vacuna BCG. Sin duda se trata de un estudio revelador que, como declaran desde el Centro Médico de la Universidad de Radboud en los Países Bajos, «pueden conducir a un cambio importante en la prevención y el tratamiento de las infecciones y la autoinmunidad».

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