En torno al trastorno de Asperger —como el que padece la joven activista ambiental Greta Thunberg— hay mucho desconocimiento y sobrevuelan numerosos falsos mitos, en ocasiones propiciados por distintas películas y series de televisión que han decidido tener como protagonistas personas con asperger, simplificando y estereotipando un síndrome muy complejo que afecta a entre tres y cinco personas de cada mil.El 18 de febrero de 1906 fue cuando nació el pediatra autríaco Hans Asperger, que fue el primero en describir este síndrome. Se trata de un personaje histórico de memoria conflictiva. Un trabajo publicado en abril de 2018 por el historiador Herwig Czech tras analizar numerosa documentación y que coincide con las tesis de otros asegura que colaboró con los nazis y que envió a niños con discapacidad a una clínica en Viena dónde se los asesinaba.Precisamente en mayo de 2018 entró en vigor la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud, la herramienta psiquiátrica más empleada para efectuar diagnósticos, en la que desapareció el Síndrome de Asperger como tal para pasar a integrarse dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA).Las personas con asperger son consideradas personas con autismo, aunque entre los profesionales haya voces discordantes que apuntan a que lo que tienen estas personas en todo caso es «una pincelada de autismo». Así lo expresó la experta psicóloga Uta Frith.Todas las personas con autismo tienen afectada su comunicación social, así como la flexibilidad de comportamiento y pensamiento y eso es algo que encaja con el asperger. Tal y como explican desde Federación Autismo Madrid, esa afectación en el área de la comunicación social se manifiestan en relación a la dificultad a la hora de comprender y manejar aspectos verbales (interpretación de significados no literales del lenguaje, pragmática…) y no verbales (contacto ocular, gestos, postura corporal, etc.). También a su uso social (comprensión de situaciones sociales, manejo de relaciones interpersonales, resolución de conflictos, etc.)Respecto a la flexibilidad del pensamiento y del comportamiento, las personas con autismo, entre las que se encuentran las personas con asperger, «presentan patrones restringidos, estereotipados y repetitivos de intereses y conductas, que hacen que para la persona sea difícil adaptarse de manera flexible a las demandas cambiantes del entorno». Cuando tienen la suficiente motivación y estructura, pueden dedicarse a determinadas tareas haciendo gala de una memoria y nivel de atención al detalle que pueden parecer extraordinarios.Su detección temprana, que el diagnóstico no se retrase,

 » Más información en 20minutos.es