La vida de Verena García, una joven murciana de 16 años, cambió radicalmente cuando en octubre de 2020 se contagió de COVID-19. Desde entonces, experimenta síntomas persistentes, como una tos constante que la incapacita para buena parte de las rutinas de su día a día y le impide hacer todo lo que le gustaría.

«Desde que me diagnosticaron COVID el 27 de octubre de 2020, empecé a toser y no he parado«, afirma la joven. Sin embargo, no es la única secuela que sufre Verena, que también padece dolor de cabeza, mareos e inflamación articular.

Una joven de Murcia explica su Covid persistente: «No he dejado de toser» https://t.co/CvBCZp4DzD pic.twitter.com/XZ56F1Yvq8

— Europa Press TV (@europapress_tv) April 28, 2021

Ante esta situación, explica que, al no haber un «diagnóstico claro», no es posible saber con precisión de dónde procede exactamente la tos.

«Mi vida ha cambiado completamente. No puedo ir al cine, salir con mis amigas, ir a comer… Tengo que pasarme el día en casa. No puedo ir a clase, solamente me conecto online», detalla la joven. Y lamenta: «No puedo hacer todo lo que me gustaría».

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