La adversidad, a lo largo de nuestra vida, tiende a cobrarse un alto precio en nuestra salud física y mental, incluso años después de que esa situación haya desaparecido. Así, un nuevo estudio sugiere que una historia de abusos físicos o sexuales, entre otros estresores psicosociales (como la inestabilidad financiera) pueden llevar a peores síntomas de la menopausia y en general un menor bienestar hasta dos décadas después.

Efectos hasta 20 años después

Tal y como publican los autores en la revista especializada Menopause, la menopausia a menudo se acompaña de una serie de síntomas que afectan negativamente a la calidad de vida de las mujeres, tales como ‘sofocones’ (sensación de calor repentina), trastornos del sueño, síntomas depresivos y disfunciones sexuales. Aún así, la experiencia de todas las mujeres no es necesariamente la misma, y en algunas mujeres estas molestias son especialmente severas.

Las razones de estas diferencias son muchas y variadas, y según este trabajo, realizado sobre una cohorte de 700 mujeres, parece ser que incluirían un historial de estresores psicosociales desde la infancia hasta el embarazo.

Una de las particulares de este estudio es que, a diferencia de la mayoría de la literatura que explora la relación entre abusos y salud, se centra en abusos pasados y sus consecuencias en las décadas posteriores en lugar de mirar exclusivamente a los abusos en el momento de la investigación.

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