Después de una caminata larga o una sesión intensa de entrenamiento llega el lógico cansancio, y se agradece. Lo que no es tan placentero es ese pequeño dolor muscular que se puede presentar, normalmente en unas horas, en una zona localizada. Según la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF), el 34 por ciento de españoles recurre a geles, cremas o sprays cuando siente este tipo de molestias y un 55 por ciento va puntualmente al fisioterapeuta.

Las agujetas aparecen cuando hemos sometido a nuestros músculos a un esfuerzo al que no están acostumbrados, normalmente entre 24 y 48 horas después. Es el precio a pagar por comenzar la actividad física, pilar básico de una vida saludable junto a una dieta equilibrada. Cuando esa actividad se va a convertir en rutina, lo aconsejable es hacer ejercicios de estiramiento antes y después, para que se aclimaten y así disminuir las agujetas y también el riesgo de lesiones.

Además de los estiramientos, desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) indican la ingesta de líquidos como una buena estrategia de prevención. Asociamos ese dolor muscular al ejercicio intenso, pero el origen también puede deberse a períodos de estrés o lesiones menores no identificadas. En otros casos puede deberse a infecciones como la gripe,

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