El queso, los yogures, la nata o, por supuesto, la leche son los alimentos que se vienen inmediatamente a la cabeza en cuanto hablamos de calcio. Efectivamente, todos estos alimentos son productos lácteos y, por tanto, constituyen una fuente rica en calcio.

Sin embargo, ante la pregunta de qué alimentos no lácteos pueden también ser una fuente de calcio, la respuesta se hace más complicada.

En primer lugar, uno de los grupos de alimentos ricos en calcio que más sorprende al mencionarlo por el desconocimiento de esta fuente cálcica es, precisamente, el de las legumbres. Los garbanzos o las lentejas constituyen una alternativa para tomar calcio. Sin embargo, el alimento dentro de este grupo que destaca por su contenido en calcio es la soja.

Más conocido es el aporte de calcio que proporcionan algunas frutas como pueden ser los frutos rojos tales como las fresas, las ciruelas o las frambuesas. También los frutos secos como, por ejemplo, las nueces o las castañas pueden constituir una fuente de calcio. También está presente en verduras. Es el caso de las espinacas o los puerros.

Por último, el calcio está presente también en el pescado y el marisco. En cuanto a este último, el calcio se encuentra, por ejemplo, en langostinos o mejillones. Los pescados azules tienen contenido en este nutriente también, es decir, pescados como el bacalao, el salmón o las sardinas.

Por último, hay otros alimentos que no pertenecen a estas familias que también son ricos en calcio. Es el caso del huevo, alimento que puede cocinarse de múltiples formas y, además de aportar energía, es una fuente de calcio no láctea.

 » Más información en 20minutos.es