Las cuatro profesoras del colegio Cervantes de Dos Hermanas acusadas de un delito de trato degradante y otro de violencia continuada por hablar de modo despectivo, vejar y gritar a una alumna de cinco años con autismo han acudido esta mañana a declarar en los juzgados de la localidad sevillana. Únicamente la logopeda y la directora han podido ofrecer su testimonio ya que el de la tutora y la monitora han tenido que aplazarse por la duración de los anteriores. La primera se ha negado a contestar a las preguntas de la acusación particular, mientras que la responsable del centro ha respondido a todas las cuestiones, según ha confirmado a este diario el abogado de los denunciantes, Javier Jaenes. No ha trascendido si las docentes han reconocido los hechos que desvelaron las grabaciones de la cámara que los padres ocultaron en la mochila de su hija ante las sospechas de maltrato por parte de las querelladas.

Los padres de la menor ratificaron ayer la denuncia, con ampliación en algunos aspectos, y tuvieron la oportunidad, según explica su abogado, de desarrollar y detallar algunos de los hechos que constan en el auto. “Hemos ordenado algunas grabaciones y hemos incorporado más cortes de audio”, ha explicado Jaenes. El procedimiento penal, cuyos trámites se han acelerado, ha suspendido el inicio de un expediente disciplinario que abrió la Consejería andaluza de Educación tras tener constancia de los hechos contra las tres educadoras responsables del aula especial: una logopeda, que llevaba tres años con los menores con necesidades especiales, la tutora y una monitora, que se habían incorporado este curso. Todas están de baja por motivos de salud.

La madre de un compañero de la clase especial a la que asistía la hija de los denunciantes también presentó una reclamación ante la Administración pública contra las mismas profesoras ya que su hijo también había experimentado estrés y un cambio en su comportamiento a raíz de la forma en la que las docentes trataban a los alumnos. La semana pasada, ella se reunió con los responsables de la Delegación de Educación en Sevilla quienes le aseguraron que las educadoras no volverían a estar en contacto con menores ya que,

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