La vida de María Jiménez es la de una superviviente y la fuerza que siempre ha demostrado para salir adelante de los momentos dramáticos a los que se ha tenido que enfrentar en sus 69 años, ha vuelto ha surgir en la enfermedad. La cantante que permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha experimentado una mejoría que algunos de sus allegados califican de «milagrosa».

La cantante fue ingresada en el hospital San Rafael de Cádiz a principios del mes de mayo a causa de una oclusión intestinal que obligó a operarla con carácter de urgencia. Pero cuando parecía que todo quedaría en un contratiempo menor y la cantante iba a pasar a planta, su situación se complicó a causa de una infección que se agravó aún más cuando no respondía a la medicación que le administraban los facultativos. Finalmente se decidió su traslado al hospital Virgen del Rocío de la capital hispalense donde se encuentra todavía en la UCI y donde se ha calificado su estado de grave.

Sin embargo esta última semana, el estado de salud de Jiménez ha experimentado un gran cambio que ha devuelto la felicidad a su hijo Alejandro Asunción y a su hermana Isabel, que son los dos familiares que más la visitan y quienes han facilitado datos de cómo se encontraba la artista en varias ocasiones. «Está totalmente consciente. Le hablo, me mira y me quiere hablar pero no puede de momento», afirmó su hermana al programa Corazón de La 1. «Nos ha dado un subidón», afirmó.

El hijo que la cantante tuvo junto al actor Pepe Sancho también se ha mostrado esperanzado y confiado tanto por la labor que están realizando los médicos que la atiende como por la fuerza de su madre. La cantante, que a pasado por momentos críticos en este proceso, tuvo que ser sometida hace dos semanas a una traqueostomía – un proceso habitual para evitar infecciones cuando se tiene que prolongar la intubación de los enfermos– pero ya no está sedada,.

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