El postparto es un momento delicado para las mujeres. Dependiendo del tipo de parto que hayan tenido, vaginal o cesárea, es posible que la etapa de descanso se prolongue antes de volver a tener relaciones sexuales. Además, a esto hay que sumarle la cuarentena, un periodo de tiempo en el que la mujer sangra y se produce una secreción de moco uterino. Durante la cuarentena, el útero sufre un proceso de involución en el que todo «vuelve a su sitio». Esta dura entre seis y ocho semanas. Pasado ese tiempo puede que las relaciones sexuales continúen estando relegadas a un segundo o tercer plano debido a atender al bebé y el cansancio que provoca tener que levantarse por la noche para amamantarlo.El artículo Vida sexual en el posparto, escrito por la psicóloga Soledad Sánchez y la matrona Maria Eugenia Casado, aborda de una manera muy clara de qué forma se puede recuperar la vida sexual después de la maternidad. Para ello, incide en que es muy importante que los proveedores de salud tengan un papel activo en este aspecto.Desde el primer control que se le realice a la mujer tras el parto, es conveniente que el médico se preocupe por su sexualidad. Como bien indica el artículo, cuando se «posterga mucho las relaciones sexuales crece la tensión en la pareja». Además, esto puede derivar en una disfunción sexual.Para evitar que esto ocurra, aunque siempre se deben respetar los tiempos de descanso de la mujer, el artículo brinda determinados consejos que los médicos pueden transmitir en sus consultas. Algunos de ellos son:Existen ciertos miedos e inseguridades que pueden afectar a la sexualidad tras la maternidad. El primero es la posibilidad de volver a quedarse embarazada. No obstante, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) señala que esto se puede resolver con el uso de algún anticonceptivo, incluso, la píldora.La SEGO deja claro que «el componente gestagénico de la píldora anticonceptiva, resulta seguro y eficaz» en las madres lactantes. Por lo tanto, es posible utilizar este tipo de anticoncepción para evitar ese miedo que puede frustrar el inicio y disfrute de la sexualidad en la pareja.Otro aspecto que puede ser un motivo por el que se retrasa el encuentro sexual es la inseguridad con respecto al propio cuerpo. Acostumbrarse a los cambios que se han producido en él puede ser difícil.

 » Más información en 20minutos.es