Animar a los más pequeños de la casa a cocinar juntos y dedicar unas horas a la semana a embadurnarse de harina y batir huevos puede ir mucho más allá de un mero plan para pasar una tarde de lluvia, divertirse con ellos y compartir un trozo de pizza o bizcocho en familia.

En la cocina, los niños pueden dar rienda suelta a su ya de por sí potente imaginación y, a la vez, aprender diversos valores y reforzar numerosos contenidos académicos. Estos son solo algunos de los beneficios que el arte de la gastronomía les puede aportar:

Cocinar aporta a los niños un sentido de la responsabilidad al hacerles partícipes de la elaboración del plato que vamos a preparar juntos. Además, les sitúa en un espacio de la casa donde van a aprender que hay que ser responsables y tener cuidado para no hacerse daño, por ejemplo, con los cuchillos, los fuegos o el uso de electrodomésticos como el horno, la batidora o el microondas.

Si dejamos a los pequeños cocinar o ayudar a preparar un plazo para la familia se sentirán importantes y necesarios por haber aportado su granito de arena. Para ello, es fundamental que siempre reconozcamos su esfuerzo por mínima que sea su colaboración.

Para elaborar bien su plato los niños van a necesitar ser ordenados, ejecutar en orden los distintos pasos de la receta y concentrarse en su preparación para llegar a un buen resultado culinario. Por lo tanto, trabajan la memoria, los niveles de atención y la capacidad para alcanzar metas.

Cocinar juntos puede ser una magnífica oportunidad para que los peques reconozcan el valor del trabajo y aprendan de una forma natural que todos en la familia deben echar una mano y ayudar en las tareas de la casa.

Toda receta requiere de su tiempo de elaboración, una buena manera de ejercitar la paciencia hasta llegar a ver el resultado final.

A través de la cocina los más pequeños pueden aprender a trabajar en equipo y comprobar de primera que cuando varias personas hacen un esfuerzo los resultados pueden ser mejores. Es importante que las tareas de cada uno se repartan acorde a su edad: los niños más pequeños echar los ingredientes en bol, mezclar, amasar… y los mayores medir ingredientes, utilizar algún pequeño electrodoméstico o decorar.

Meterse en harina en una cocina,

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