Los epidemiólogos advierten de que el millón de test que ha comprado España en China y que llegaron el lunes a España desde Shanghái en un avión del Ejército no se pueden usar «de manera rutinaria» para la detección del COVID-19, como quería el Ministerio de Sanidad, que estaba esperando a que los evaluase el Instituto de Salud Carlos III antes de repartirlo entre las comunidades autónomas.
Lo hacen en un documento publicado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) en el que avisan de que sólo funcionan en pacientes que llevan ya cinco o seis días con síntomas. Antes de ese periodo, «la respuesta inmunitaria es escasa», es decir, esto hace que los resultados que ofrecen los kits no sean precisos.
Los expertos recuerdan que el modo más fiable de detectar si un paciente tiene coronavirus son las pruebas PCR (reacción en cadena de polimerasa), una técnica más lenta, ya que hay que esperar cuatro horas para obtener resultados, pero que detectan la infección desde el primer día con síntomas y que ha sido hasta ahora la referencia.
Las pruebas que llegaron el lunes a España son serológicas, esto es, analizan una gota de sangre tras un pinchazo en el dedo para detectar antígenos o anticuerpos. En su informe, los científicos de la SEIMC recuerdan que en las pruebas que se han efectuado hasta ahora, los kits están presentando «una sensibilidad inferior al 50%», cuando deberían estar por encima del 70% para ser aceptables, y aunque podrían utilizarse sistemas para aumentar esta sensibilidad, «su manipulación podría generar problemas de bioseguridad difíciles de solucionar en una prueba cuyo objetivo es utilizarla en el lugar de atención al paciente (point-of-care) y además podría enlentecer el proceso de la técnica ‘rápida’».
Los expertos de la SEIMC sólo recomiendan el uso de los nuevos test llegados de China para «pacientes que acudan a urgencias o ingresen con más de cinco días desde del inicio de los síntomas»;