Sin fútbol ni eventos públicos y encerrados en casa con el miedo en el cuerpo. Así afrontan este peculiar domingo muchos italianos después de que el pasado viernes prendiera en el país la epidemia de coronavirus, que ha causado dos víctimas mortales y 132 contagios, la mayor parte en las regiones septentrionales de Lombardía y Véneto. Dos de las últimas infecciones se registraron en Venecia, donde se han cancelado las fiestas de carnaval. Italia es la primera nación europea en número de afectados. Hay además más de 50.000 personas bloqueadas en los once municipios donde surgieron los primeros casos, de los que está prohibido entrar y salir después de que el Gobierno aprobara anoche un decreto ley para hacer frente a la epidemia. Hay previstas sanciones para quien viola las prescripciones en la llamada ‘zona cero’ y se prevé incluso recurrir al Ejército para aplicarlas. Esos once municipios se han convertido en pueblos fantasma pues están cerradas todas las escuelas, tiendas, bares y oficinas privadas y públicas y hay fuertes restricciones para la circulación de vehículos y de personas.

Las medidas de prevención para evitar que la neumonía Covid-19 siga propagándose incluyen la suspensión de cuatro partidos de fútbol de la Serie A (máxima división italiana) que tenían que jugarse este domingo en Lombardía, Véneto y Piamonte. Se trata de los encuentros Inter-Sampdoria, Atalanta-Sassuolo, Verona-Cagliari y Torino-Parma. En la Serie B y en la Serie C hay otros seis duelos postergados a una fecha todavía no fijada. Las autoridades han decidido además cancelar los viajes de estudios, tanto dentro del país como en el extranjero, y los eventos públicos previstos en Lombardía y Véneto, donde el lunes no abrirán sus puertas las universidades, que permanecerán cerradas una semana. La misma decisión adoptó el ateneo de Ferrara, situado en la confinante Emilia-Romaña. En otras muchas localidades de la zona norte del país fueron cancelados diversos eventos públicos, como las fiestas de carnaval.

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