El impacto económico de la industria del fútbol no sólo se puede valorar a partir de los informes de las consultoras, Deloitte o KPMG por ejemplo. También es importante analizar la contribución de los clubes para el desarrollo de la sociedad a la que pertenecen. Dicho de otra forma: su capacidad de generar bienestar entre la población.

Los title rights o naming rights se asocian habitualmente con los derechos de una empresa a patrocinar un recinto deportivo. En este sentido, la decisión del FC Barcelona de ceder los ingresos por title rights del Camp Nou de la próxima temporada a su fundación para invertir en la lucha contra el coronavirus es una de esas iniciativas totalmente necesarias para legitimar este proyecto deportivo a nivel mundial: su impacto económico inmediato se estima en 15 o 20 millones de euros; pero será mucho más importante valorar el futuro resultado de esa inversión en la investigación médica.

Si el Barça había ayudado a luchar contra la malaria o el VIH, también estaba obligado como institución a aportar su granito de arena en la lucha contra la actual pandemia.

Los apellidos de los estadios

Así pues, posiblemente la acción más relevante será poner a disposición de la lucha contra la COVID-19 uno de los principales activos del club catalán: el Camp Nou y, concretamente, su nombre. De hecho, después de los ingresos que muchas organizaciones deportivas reciben por la publicidad central en su camiseta –el Barça percibe 55 millones de euros anuales de Rakuten–, los coloquialmente conocidos como «apellidos de los estadios» ya hace tiempo que se han convertido en la otra gran fuente de ingresos comerciales.

A pesar de que entre los clubes de la liga española todavía no es una práctica generalizada, sí lo ha sido desde hace años en otras competiciones: la Bundesliga fue una de las principales impulsoras de esta práctica. Un informe del año pasado de la consultora Duff &

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