Cinco hombres han sufrido quemaduras de relevancia en el aparato urinario tras ser operados con un bisturí eléctrico de la marca Olympus en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles (Madrid), según informes médicos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Este centro sanitario está integrado en la red pública, pero está gestionado por el grupo privado Quirónsalud.

Los incidentes ocurrieron a principios de 2013, aunque no habían sido hechos públicos. Al menos dos de los afectados sufren graves secuelas físicas que tienen un notable impacto en su vida diaria. Uno de ellos llevó al Servicio Madrileño de la Salud a los tribunales por vía civil y ha logrado ser indemnizado con 121.000 euros, en un caso que ha llevado el abogado Rafael Martín Bueno. El otro paciente optó por reclamar por la vía contencioso-administrativa, en un proceso que sigue abierto y en el que el hospital y Olympus se culpan mutuamente ante el juez de lo ocurrido.

Quirónsalud y la Consejería de Sanidad de Madrid, por su parte, han declinado ofrecer más información del caso y del estado de salud de los otros tres pacientes involucrados.

Las alertas saltaron en el hospital el 17 de marzo de 2013 tras la operación de F.B.G, al que los médicos debían extirpar un pequeño tumor de la vejiga. En estas operaciones suele utilizarse un bisturí eléctrico porque este puede introducirse por la uretra y permite cortar y extirpar los tejidos deseados mediante corrientes de alta frecuencia, en una intervención poco invasiva. Tras la operación y durante el posoperatorio, sin embargo, los facultativos comprobaron que el paciente sufría “una grave lesión térmica en todo el trayecto uretral y la vejiga”, según recoge la sentencia del caso.

“Era una operación sencilla, pero le han arruinado la vida”

“En 2013, mi padre tenía 73 años, pero era un hombre muy activo. Nadaba, hacía senderismo… Le encontraron el tumor en la vejiga, pero le dijeron que era pequeño y fácil de extirpar con una operación sencilla.

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