La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, estrenó el año con unas polémicas declaraciones en la Cadena SER. “Tiene que haber un equilibrio, ¿no? Entre el que quiere entrar a Madrid y el que vive en Madrid en el centro y no quiere morir contaminado”, le preguntó el periodista Javier Casal. “Claro, pero eso evidentemente va a existir. Nadie ha muerto tampoco de esto. Es decir, yo no quiero que se cree una alarma de salud pública porque no la hay”, respondió Díaz Ayuso. Un estudio científico financiado por el propio Ayuntamiento de Madrid acaba de poner una cifra sobre la mesa: más de 500 muertos al año en la capital evitables con medidas políticas.

“La implementación del Plan A en la ciudad de Madrid provocaría una disminución apreciable de las emisiones de contaminantes atmosféricos relacionados con el tráfico y, a su vez, conduciría a una mejor calidad del aire y a beneficios notables para la salud: se podrían evitar más de 500 muertes prematuras cada año”, calculan los autores de la investigación, recién publicada en la revista especializada Environmental Research. El trabajo está firmado, entre otros, por Elena Boldo y Rebeca Izquierdo, del Centro Nacional de Epidemiología, y por el ingeniero ambiental Rafael Borge, de la Universidad Politécnica de Madrid.

“A estas alturas, nadie puede decir que esto no existe”, afirma el ingeniero ambiental Rafael Borge

El Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, también llamado Plan A, fue aprobado en septiembre de 2017, con Manuela Carmena de alcaldesa. Incluye 30 medidas, entre ellas el área restringida al tráfico de Madrid Central, la renovación de la flota de autobuses y la ampliación del sistema de bicicletas públicas BiciMAD. El Plan A sigue en vigor, aunque el equipo del actual alcalde, José Luis Martínez-Almeida, trabaja en otra estrategia, bautizada Madrid 360.

El nuevo estudio calcula que el Plan A reduciría un 23% la concentración atmosférica de dióxido de nitrógeno,

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