«Preparados para vaciar el vestidor. Hoy empieza la operación caos en casa», con estas palabras anunciaba hace unos meses la influencer Laura Escanes que comenzaba los preparativos para acondicionar su vestidor que, en la actualidad, acoge la habitación de su futuro retoño: Roma. Pero no es la única, la actriz Sara Sálamo hablaba abiertamente de esta conducta en su cuenta de Instagram, donde acumula más de 800.000 seguidores. «Últimamente le comento a todos mis amigos y conocidos que estoy obsesionada por preparar todo para la llegada del bebé, tener su habitación lista, comprarle las cositas, etc.», relataba la intérprete. 

Este proceso, por el cual todas las madres preparan el hogar para la llegada del nuevo miembro de la familia, se conoce como anidación o síndrome del nido. Esto no es más que la necesidad instintiva que tienen las futuras mamás de limpiar, ordenar, decorar… en definitiva poner a punto tanto la habitación del bebé como el resto de la casa. «Mediante este proceso la madre prepara el espacio físico y psicológico que va a ocupar su bebé. Nunca hay que patologizar esta clase de comportamientos que son de lo más normales», apunta la psicóloga Sabina Del Río, experta en ansiedad en el embarazo de la clínica Calma psicólogos. «De hecho», añade, es muy frecuente encontrarse con embarazadas que semanas antes de dar a luz «comienzan obras en casa».

Por norma general esta necesidad de tenerlo todo organizado para la llegada del bebé es una fase normal del embarazo, aunque en algunas mujeres puede llegar a producir angustia. «La anidación puede llegar a ser un problema en mujeres que necesitan tenerlo todo preparado con antelación, como una lista de cosas que hay que hacer. En estos casos las madres viven estos momentos con ansiedad en lugar de con alegría e ilusión», explica Del Río, que agrega: «Lo importante es recordarle a la madre que cuando su bebé nazca no va a necesitar nada más que a ella. El resto de cosas y espacios son totalmente prescindibles».

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