Marshae Jones, de 27 años, ha sido víctima, culpable y víctima de nuevo de la misma historia: estando embarazada de cinco meses se vio envuelta en una discusión en la que recibió un disparo en el vientre, que causó la muerte del bebé que estaba gestando. En un principio, la justicia de Alabama fue contra la mujer que apretó el gatillo, pero cuando la policía informó de que Jones había sido quien inició la pelea, un gran jurado la acusó de homicidio involuntario, alegando de que fue ella la que provocó “intencionalmente” la pérdida del hijo no nacido. Finalmente, un fiscal de Alabama informó este miércoles que van a desestimar el caso y no se emprenderá ninguna acción legal contra Jones.

«El tema que tenemos ante nosotros es si es apropiado tratar de responsabilizar a alguien legalmente por las acciones que llevaron a la muerte del niño por nacer», dijo ante la prensa el fiscal de distrito de Bessemer Cutoff, Lynneice Washington. «En esta triste historia no hay ganadores, solo perdedores”, agregó. La última frase parece estar dirigida al teniente de la policía Danny Reid, a cargo de las pesquisas, quien dijo que “la única víctima verdadera en esto fue el bebé que estaba por nacer». Además, afirmó que «cuando una mujer embarazada de cinco meses inicia una pelea y ataca a otra persona, creo que tiene alguna responsabilidad en cualquier lesión del hijo por nacer».

El fiscal Washington dijo que el gran jurado había actuado en función de la información proporcionada por la policía de Pleasant Grove. En la acusación, dada a conocer el pasado sábado, al día siguiente de que Jones fuera detenida, se dice que la madre «causó intencionalmente la muerte del bebé no nacido por haber iniciado una pelea sabiendo que estaba embarazada de cinco meses». “Este es un caso verdaderamente perturbador y desgarrador. Un bebé por nacer se perdió trágicamente y las familias de ambos lados de este asunto han sufrido. Nada de lo que hagamos hoy o en el futuro cambiará esa realidad»,

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