Brasil permite que las mujeres aborten en tres situaciones muy específicas: cuando el embarazo es producto de una violación, cuando peligra la vida de la mujer o cuando el feto es anencefálico. En cualquier otro supuesto, la interrupción se considera un delito y las penas llegan hasta tres años de cárcel para la gestante y de cuatro para el médico. Para un creciente número de políticos conservadores, esos derechos constitucionales son excesivos y deben restringirse. Animados por la ola que llevó al presidente Jair Bolsonaro al poder, congresistas de varias religiones, principalmente católicos y evangélicos, seducen con proyectos para limitar los derechos de las mujeres y utilizan el tema del aborto para movilizar a sus bases, en un movimiento que llega ahora a la Cámara de los Concejales de São Paulo. Inspirado en el endurecimiento de las leyes sobre el aborto en algunas regiones de Estados Unidos, como Alabama, el concejal Fernando Holiday, miembro del conservador Movimiento Brasil Libre (MBL) y afiliado al partido Demócratas, ha propuesto un proyecto de ley que determina una serie de requerimientos para que las mujeres —sobre todo las que han sido violadas— puedan interrumpir voluntariamente el embarazo en la sanidad pública municipal.

El proyecto de Holiday, que incluye exigencias consideradas inconstitucionales por los especialistas, ha provocado inmediatamente las quejas no solo de activistas proaborto, sino también de especialistas en sanidad pública y psicología. Tal ha sido la cantidad de críticas, incluso de la derecha, que el concejal del MBL ahora promete, en una entrevista para EL PAÍS, que modificará parte del texto. “El proyecto se inspiró en la legislación de algunos estados norteamericanos, principalmente el de Alabama. Pero también en países que permiten el aborto en casos más amplios, como Alemania, donde las mujeres reciben asesoramiento sobre las implicaciones del procedimiento”, justificó el concejal. “Es una mezcla de lo que sucede internacionalmente y el intento de adaptarlo a São Paulo”, continuó.

Holiday, fruto de un movimiento de matriz liberal que dio un giro a la derecha con relación a las costumbres para ampliar su electorado,

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