El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas negocian en la comisión de salud pública del Consejo Interterritorial de Sanidad cómo extender la vacuna del sarampión a los adultos nacidos entre 1970 y 1980, según confirmaron ayer a este diario fuentes ministeriales. Esta semana, el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Pere Godoy, explicaba en una entrevista que están preparando una recomendación para extender la vacunación a este grupo de edad, en el que más inciden los brotes de esta enfermedad que se dan en España. El anuncio coincide con la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del auge del sarampión en Europa tras registrar 90.000 casos en el primer semestre del año, más que en todo 2018.

Sanidad ya había aprobado en noviembre, en el calendario único acordado con las comunidades, vacunar a los adultos que no lo estuvieran o que no hubieran pasado ya la enfermedad. Los más afectados son los que hoy tienen entre 40 y 50 años, porque se considera que los mayores de esa edad estuvieron en contacto con el virus de niños, y los menores están inmunizados al generalizarse en 1981 la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y paperas). El otro grupo de riesgo es el de los menores de un año, que no pueden ser vacunados por su corta edad y dependen de la inmunización del resto de la población. 

Gestión en primaria

Sin embargo, no se adoptó en noviembre ninguna medida para llevar la decisión a la práctica, que es lo que estudian ahora el ministerio y las comunidades. La solución está en dejar la gestión a la atención primaria: que los médicos pregunten a los pacientes de ese grupo de edad si recibieron dos dosis de la vacuna o si pasaron el sarampión. Y prescribir la inmunización a los que no cumplan ninguna de las dos condiciones.

De esta forma, se pretende acabar con los pequeños brotes de esta enfermedad infecciosa que puede causar graves secuelas y llegar a ser mortal. Aunque España es desde 2016 un país libre de sarampión según la OMS,

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