Máximo Julián recorre cada día 25 kilómetros al volante del coche hasta llegar a su hospital y someterse durante horas a un tratamiento de quimioterapia. Tiene leucemia. Tras el mismo, vuelve a conducir para deshacer el camino que le lleva a casa. Nada excepcional, salvo la edad de Máximo: ha cumplido 85 años. “Este es el primer año que estoy con tratamiento, me ponen quimioterapia durante siete días y descanso otros siete, ya he recibido tres sesiones y los resultados de los análisis son buenos. No tengo efectos secundarios”, cuenta este enérgico octogenario. Ante la pregunta de si dudó a la hora de aceptar tratarse con quimioterapia a su edad, contesta sin titubear: “Estaba tan mal que lo único que quería es que me pusieran algo para mejorar, me daba lo mismo que fuera quimioterapia. Tenía anemia, me encontraba muy cansado, no salía de la cama, y llegué a necesitar cuatro trasfusiones de sangre. Ahora, con el tratamiento, estoy muy bien”. Máximo fue valorado por la Unidad de Oncohematogeriatría del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y considerado apto para recibir quimioterapia. “El tratamiento que se le administra es el estándar para aquellos pacientes que no son candidatos a recibir un trasplante. De momento, lo está tolerando bien, han mejorado los síntomas que presentaba y todos sus parámetros analíticos”, confirma la doctora Maite Antonio Rebollo, especialista en medicina interna y geriatría y coordinadora de la Unidad de Oncohematogeriatría del ICO.

Más cáncer en personas mayores

El caso de Máximo es uno más de los muchos que nutren la estadística del cáncer en los mayores de 65 años en España. “El 61% de los nuevos casos de cáncer se da en personas con más de 65 años (y solo el 4% en menores de 39 años), por lo que claramente el cáncer es una enfermedad asociada al envejecimiento”, apunta José Augusto García Navarro, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). El aumento de la esperanza de vida en las últimas décadas es un indicador positivo del nivel de desarrollo de la población, pero también lleva implícito un mayor riesgo de desarrollar cáncer.

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