La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha elaborado una revisión a fondo del gasto farmacéutico no hospitalario, lo que en la jerga se conoce como spending review. Y en el informe publicado este jueves propone que se tenga en cuenta la renta de los individuos a la hora de establecer los copagos de medicamentos. Aunque los pensionistas en general gastan mucho más en medicamentos, puede ocurrir que un ciudadano no lo sea, gane poco y necesite mucha medicación. La Autoridad Fiscal pone el ejemplo de que se subvenciona lo mismo a un persona con 19.000 euros de renta que a uno con unos ingresos cinco veces superior. De ahí que se sugiera un esquema más progresivo por tramos de ingresos.

«El esquema de copagos penaliza a la población no pensionista con bajos ingresos y que hace un uso intensivo del sistema sanitario», dice la Airef. Y sugiere que «un límite de gasto anual para este colectivo podría resultar en mayor equidad». El objetivo de esta redistribución sería el de hacerlo más justo y eficiente, no el de recortar el gasto, puntualiza el organismo que preside José Luis Escrivá. De hecho, en algunos de las simulaciones que ofrece la Airef el desembolso aumentaría.

La Airef elabora hasta seis simulaciones de cómo se podría redistribuir el sistema. En ellas se fijan diferentes porcentajes de copago por rentas. Y bajo esas hipótesis algunos pensionistas con rentas elevadas terminarían pagando más, explican.

En unos de los ejemplos que brinda, las rentas de menos de 30.000 euros solo abonarían un 10% del precio. Subiría al 29% en las rentas hasta 60.000. Hasta 100.000 euros de ingresos se pagaría un 36%. Y por encima de los 100.000 se desembolsaría un 60% del coste.

En ese mismo ejemplo también se contemplan distintos topes al pago máximo en medicamentos según los niveles de ingresos. Una renta inferior a los 12.000 euros anuales tendría un límite de gasto al año de 114 euros. Entre 12.000 y 18.000, 121 euros; de 18.000 a 30.000,

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