La pandemia de gripe española, que acabó con la vida de entre 50 y 100 millones de personas entre 1918 y 1922, pudo haber empezado unos años antes. El repaso de artículos científicos de la época, informes militares y estudios genéticos indicarían que los primeros casos se produjeron ya en 2015. Aunque entonces la mortalidad no era tan elevada como lo sería después, expertos en el virus, señalan que de haber sido diagnosticada entonces habría habido más tiempo para crear una vacuna.

El origen, tanto cronológico como geográfico, de la gripe de 1918 aún sigue siendo un misterio. Diversos estudios y estudiosos han ubicado el principio de la pandemia más devastadora de la historia, aún más que la peste negra del siglo XIV en Europa o el cocoliztli del XVI en América, ya en el medio oeste de EE UU como en el este de China. Pero donde empezó a golpear más en serio fue en las trincheras del norte de Francia durante la Primera Guerra Mundial (IGM).

En el invierno de 1917 a 1918, decenas de miles de soldados británicos, franceses y alemanes cayeron enfermos. En unos meses, quizá ayudada por la repatriación de muchos militares, la epidemia alcanzó a un tercio de la población mundial. En el campo de batalla, su letalidad fue enorme, llegando hasta el 50% de los enfermos. Entre la población civil, bajó al 2,5% de los casos, cifra aún enorme, un orden de magnitud mayor que el 0,1% de anteriores epidemias de gripe.

Entre 1915 y 1916 se produjeron 30.000 casos entre los soldados británicos de una misteriosa enfermedad que resultó ser la gripe

Ahora, uno de los mayores expertos en gripe y un historiador militar creen haber encontrado referencias claras de que la pandemia empezó antes de aquel invierno de 1917. Informes de los médicos militares del enorme complejo hospitalario (20.000 camas) que los británicos habían montado en Étaples-sur-Mer, en el lado francés del Paso de Calais, hablan de la llegada de un número cada vez mayor de enfermos ya en 1916.

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