La séptima fase de la operación Antitox, una actuación de la Guardia Civil para prevenir y erradicar el uso de cebos envenenados y otras artes de caza prohibidas, se ha saldado con 201 intervenciones del Instituto Armado. Los agentes hallaron 70 animales envenenados de febrero a diciembre de 2018, fechas de la última campaña especial del Instituto Armado. Entre ellos, aves salvajes y especies cinegéticas, pero también de compañía.

Según ha anunciado en un comunicado la Guardia Civil, un grupo de agentes halló una hembra de quebrantahuesos muerta en Asturias. El ejemplar de esta especie de buitre, que está en peligro de extinción y protegida, había sido introducido en Picos de Europa gracias a un programa de recuperación europeo. El presunto autor de la muerte del animal fue detenido.

No es la única especie protegida de aves que ha sufrido la intoxicación a manos de personas en 2018: el operativo también descubrió cinco milanos reales envenenados en Cáceres y el esqueleto de un águila imperial, hallado en Ciudad Real. 

A lo largo de los once meses de la campaña, 21 personas fueron investigadas o detenidas en algunas de las 201 actuaciones en espacios naturales, cotos de caza, explotaciones ganaderas y lugares de venta de productos fitosanitarios que la Guardia Civil ejecutó en 21 provincias. 

El material ilegal incautado cuadriplica el de la anterior actuación del operativo, en 2017. Fruto de la investigación, los agentes se incautaron 876 métodos prohibidos de caza: ballestas, perchas, carabinas, lazos conejeros o cepos, 25 de ellos envenenados. También requisaron tóxicos. 

La Guardia Civil recuerda en su comunicado que el uso de venenos no solo daña a las especies naturales, sino que también suponen un riesgo para la salud de los seres humanos que ingieran carne de animales intoxicados. 

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