«Tras el vivir y el soñar, está lo que más importa: el despertar». Lo decía Antonio Machado en su obra Proverbios y cantares (1917), y lo corroboran expertos en salud mental y del sueño. Lo primero que uno hace nada más abrir un ojo puede influir en el transcurso del resto del día. «Lo ideal es comenzar la jornada haciendo unos ejercicios de relajación. Basta con que le dediquemos 10 minutos. Esto ayuda a mejorar la concentración y, lo más importante, hace que afrontemos el día relajados», afirma a ICON Rosario Linares, directora del centro Prado Psicólogos.

María Hurtado, psicóloga clínica de AGS Psicólogos Madrid, también recomienda ir al trabajo caminando o por lo menos hacer un parte del trayecto a pie. «Nos ayuda a oxigenarnos y nos relaja a la vez que el cuerpo y la mente van despertándose», señala. Un estudio elaborado por científicos de la Universidad de East Anglia (Norfolk, Inglaterra) confirma los beneficios que conlleva desplazarse al trabajo sin ayuda del coche. «Cuanto más tiempo se pasa en el coche, peor es el bienestar psicológico. Nuestro estudio muestra que la gente se siente mejor cuando tiene un largo paseo hasta el trabajo”, afirma Adam Martin, líder del estudio publicado en la revista Preventive Medicine.

Además, dedicar muestras de cariño a los nuestros antes de salir de casa ayuda a que encaremos los quehaceres y las obligaciones con buen humor. «Irte al trabajo con prisas, estresado y mosqueado estropea el día incluso antes de empezarlo», afirma Hurtado.

Queda claro cuál es la mejor forma de arrancar el día, pero: ¿qué es lo peor que podemos hacer nada más apagar el despertador? Los especialistas nos explican las cosas que debemos evitar hacer al despertar.

– No mires el teléfono móvil

He aquí un hábito poco recomendable que comparte gran parte de los seres humanos del primer mundo. «Terminar el sueño con la alarma de un despertador lleva al cerebro a pasar de 0 a 100 en cuestión de segundos.

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