¿Y si las propias personas envenenaran a los mosquitos cuando son picadas? Esta es una idea que lleva rondando cabeza de los investigadores desde hace varios años. Ya se han hecho decenas de experimentos en laboratorio que muestran que podría ser parte de la solución. Consiste en tomar ivermectina, un medicamento que funciona como veneno para el insecto. Los voluntarios, tras ingerirlo, alimentaban a mosquitos en laboratorios (dejándose morder, tal y como se aprecia en la foto que acompaña a este texto) y se ha comprobado cómo las facultades de los insectos se veían mermadas: perdían agilidad, su fertilidad se reducía y vivían menos. El zancudo muere unas horas después de picar a alguien que lo haya ingerido recientemente. Su supervivencia va a aumentando conforme más tiempo pasa tras la toma, pero días después es capaz de limitarla a alrededor de una semana, con lo cual no da tiempo a que el parásito de la malaria se desarrolle dentro de él, así que no la transmite.

El segundo paso es más complicado. Consiste en salir del laboratorio, comprobar si esto funciona en condiciones reales y, lo que es más importante, medir si la incidencia del paludismo baja, ya que este es el fin último. El pasado marzo se publicaron los resultados de un experimento de campo realizado en Burkina Faso: participaron algo más de 2.700 personas y en las poblaciones donde tomaron el medicamento, los niños (que son los más vulnerables a la enfermedad) presentaron un 20% menos de casos.

El siguiente es llevar esta prueba a una escala mayor en condiciones reales. Lo harán investigadores del ISGlobal de Barcelona, un instituto de salud subvencionado por “la Caixa”. Han conseguido una financiación de la cooperación estadounidense de 25 millones de dólares (algo más de 22 millones de euros) para llevar el experimento a poblaciones de Mozambique y Tanzania donde viven unas 100.000 personas.

El proyecto, llamado Bohemia, “trata de demostrar que este método puede ser un complemento, no una sustitución, a las redes mosquiteras”, cuenta Regina Rabinovich,

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