Este mercado de Wuhan (China) fue probablemente el lugar donde el nuevo virus de la familia del SARS se transmitió a humanos. En vídeo, declaraciones de la jefa de la unidad de enfermedades emergentes de la OMS, Maria Van Kerkhove. NOEL CELIS (afp) | reuters

Los científicos comienzan a llamarlo el virus Wuhan, en referencia a la ciudad china donde nació. Allí, en un mercado, se sospecha que el microorganismo saltó por primera vez de algún animal a una persona. Desde que se descubrió, el último día de 2019, ha causado al menos 41 infecciones, se ha cobrado una vida y ya ha cruzado dos fronteras: primero la de Tailandia y, este mismo jueves, ha llegado a Japón en el organismo de un hombre de 30 años que había estado en la localidad china, pero no en su mercado. Esto comienza a dibujar como posible un escenario que los investigadores consideraban improbable: que el virus sea capaz de transmitirse entre humanos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) trabaja con redes de expertos e investigadores para coordinar la vigilancia, epidemiología, diagnosis, cuidados clínicos, tratamientos y vías de transmisión de este virus, de la familia del SARS. Este, también originado en China, causó en 2002 la muerte de más de 700 personas. Fue mortal en aproximadamente un 10% de los casos, si bien varió mucho entre grupos poblacionales: entre los más jóvenes no hubo casi decesos, mientras que entre los mayores de 65 años llegaron al 50% de los infectados.

Aunque en principio, “no parece tan preocupante como el SARS”, en palabras del virólogo Volker Thiel, los científicos trabajan en desentrañar la secuencia completa del nuevo microorganismo para conocer todas sus características y preparar una respuesta. La comunidad médica internacional sabe que en cualquier momento, un nuevo virus o su mutación pueden causar una pandemia grave en el mundo, lo que llaman “enfermedad X”. No parece ser el caso: la OMS ha catalogado el riesgo de expansión como alto dentro del país,

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