Durante los primeros meses de vida, los niños son especialmente vulnerables a algunas enfermedades comunes como son las infecciones respiratorias.

De hecho, las infecciones de las vías respiratorias bajas (bronquios y pulmones) son la principal causa de enfermedad y mortalidad en los niños. Aún así, no conviene caer en el alarmismo, ya que en la mayoría de los casos las infecciones respiratorias no son graves siempre que se diagnostiquen y se traten correctamente y a tiempo.

De entre este tipo de afecciones, las más comunes en bebés son la bronquiolitis (especialmente en niños de entre dos y seis meses de edad), la neumonía, la bronquitas, la pulmonía, la gripe, la tosferina, la amigdalitis, la bronconeumonía, la meningitis bacteriana y la sinusitis.

La mejor manera de prevenir la aparición de cualquiera de ellas es adoptando una serie de hábitos de higiene en los contactos que mantengamos con el recién nacido, así como en los que éste mantenga con terceras personas.

Por ejemplo, siempre es conveniente cubrirse boca y nariz con un pañuelo al toser o estornudar, o con el interior del codo cuando no contemos con uno.

Al mismo tiempo, y de la misma manera en la que ha sido una medida fundamental de prevención durante la pandemia de covid-19, es muy importante lavarse correctamente las manos con agua y jabón de modo frecuente durante al menos 40 segundos.

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