Si el mundo no pone freno de inmediato al calentamiento global, buena parte de la mejora general de la salud lograda en las últimas décadas se perderá. Los niños que nazcan hoy serán más vulnerables a la enfermedad y se convertirán en jóvenes y adultos con más lesiones médicas y menor esperanza de vida. Esta es la terrible conclusión a la que llega el informe ‘The Lancet Countdown 2019’, elaborado por 120 expertos de 35 instituciones, universidades y centros de investigación de todo el planeta, entre ellos la OMS, que cada año chequean 41 indicadores para evaluar los efectos concretos sobre la salud causados por el cambio climático.

El documento, según aseguran sus propios autores, es un grito de alerta para los 195 gobiernos firmantes del Acuerdo de París, que en diciembre se reunirán en Madrid, en el COP25. Si los países no cumplen este pacto en sus términos más estrictos, que las emisiones de CO2 se reduzcan a cero en 2050 para que la temperatura de Tierra no suba por encima de 1,5 grados, «los avances en el bienestar y en la esperanza de vida se verán comprometidos, y el cambio climático marcará la salud de toda una generación», avisan. «El camino que el mundo elija hoy marcará irremisiblemente el futuro de nuestros hijos», insiste la coautora Stella Hartinger, que, como el resto, llama a sanitarios e investigadores a movilizarse para «desafiar a nuestros líderes internacionales y evitar la amenaza inminente para la niñez y la salud de toda la vida».

El grupo de expertos indica que los daños para la salud del calentamiento global están ahora «más claros que nunca» –los superincendios y el ascenso de las temperaturas multiplicaron en 2018 los casos de asma, las infecciones respiratorias y los golpes de calor– y, a partir de los datos actuales, pronostican el negro futuro que le espera a un niño que nazca hoy y que,

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