El gobierno de Donald Trump está convencido de que la histeria mundial por el coronavirus es otra estrategia de la prensa para hundir al presidente. Así lo dijo este viernes el jefe de gabinete de la Casa Blanca Mick Mulvaney durante la Conferencia de Acción Política Conservadora, después de que su jefe asegurara que «un día va a desaparecer como un milagro», prometió.

Ningún presidente pierde la reelección con la economía viento en popa como la que vive ahora EE UU, así que el batacazo que se ha dado la bolsa está semana por miedo a los efectos económicos de una pandemia ponen el peligro la reelección de Trump. «El motivo por el que estáis viendo que hay tanta atención hoy en la prensa es porque piensan que esto es lo que va a tumbar al presidente», aseguró Mulvaney. «Eso es todo. La gripe mata gente, pero esto no es el Ebola».

Mientras el mandatario se congratulaba por «el increíble logro» de su gobierno al impedir la entrada del virus en el país, gracias al férreo control fronterizo que dice ejercer, The Washington Post revelaba que el 29 de enero el gobierno federal envío a más de una docena de empleados del Ministerio de Sanidad a recibir a los evacuados de Wuhan sin equipo protector. Tampoco habían sido entrenados adecuadamente para tratar con una emergencia de salud pública de ese tipo.

¿Se contagió alguno de ellos? No se sabe, porque a ninguno se le hizo la prueba para saber si se habían contaminado, ya que «no cumplían con el criterio». En ese momento el criterio para hacer la prueba era mostrar síntomas, haber viajado a China o estar en contacto directo con alguien que padeciera la enfermedad. Hoy se sabe que un individuo puede transmitir la enfermedad sin experimentar síntomas.

Precisamente el avión con los evacuados aterrizó en California, donde se ha encontrado el primer caso de la enfermedad en una persona que no ha tenido contacto con ningún enfermo ni ha viajado a China.

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