En una era en la que la educación positiva cobra fuerza y en la que los padres trabajan cada vez más para potenciar las fortalezas de sus hijos, muchos progenitores se sorprenden todavía utilizando, incluso sin darse cuenta o casi por inercia, ciertas frases o expresiones con las que pueden desmotivar, minar la autoestima o perjudicar la relación con los más pequeños de la casa.

Y si bien es cierto que el estrés de la vida diaria suele ser un mal compañero de viaje para los adultos, también lo es que el lenguaje y la forma de expresarnos tiene un peso fundamental en la manera de relacionarnos con los demás, incluidos los niños. Teniendo esto en cuenta, los expertos recomiendan hablarles como nos gustaría que nos hablasen a nosotros, evitar cualquier falta de respeto y, también, dejar de pronunciar diversas frases que pueden dañar la seguridad en sí mismos y un crecimiento pleno.

Una frase en la que la palabra ‘hermano’ puede sustituirse por ‘primo, amigo, vecino, compañero de colegio… ‘. Se trata de evitar hacer cualquier tipo de comparación con otros niños de su entorno algo que, sin embargo, se hace con frecuencia en numerosos entornos: el doméstico, el escolar, el deporte, los juegos… El niño recibe un mensaje claro: hay otro niño que lo hace mejor,

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