Juan Carlos Villena difícilmente olvidará el pasado 21 de febrero. Y no porque ese viernes saliera de la Fonteta con mal sabor de boca después de que el Valencia Basket se dejase remontar en el último cuarto ante el Maccabi de Tel Aviv, no. Sino porque aquella tarde comenzaría una pesadilla de la que no despertaría hasta mes y medio más tarde. Aunque entonces él no lo sabía. Casi nadie podía saberlo.

«Kike Mateu había viajado a Milán al Atalanta-Valencia del 19 de febrero», relata Villena, uno de los primeros enfermos de coronavirus en España. Dos días después, Juan Carlos narró en Intereconomía Radio al Valencia Basket con el mismo micrófono que su compañero y dos más tarde empezaron los síntomas. «El domingo yo ya tenía mucha fiebre y el lunes 24 fui a mi médico, que me dio la baja por gripe. El jueves Kike dio positivo y saltaron las alarmas», recuerda el periodista de Las Provincias, que ese mismo día ingresó en el Hospital Arnau de Vilanova (Valencia).

«En el hospital me sentía más seguro porque si tenía algún síntoma en casa, debía interpretar yo», explica Juan Carlos

Tras 72 horas, todo se torció aún más. «Me levanté para ir al baño y me ahogué, no podía respirar», recuerda Juan Carlos. Su futuro era incierto: «La neumóloga me dijo que me iban a administrar tratamientos de otros virus con puntos comunes, pero que no aseguraban resultados. Que si mi cuerpo no lo toleraba no podrían hacer nada». Y funcionó. El 20 de marzo, siendo positivo, le dieron el alta. Poco después dejaron el Arnau de Vilanova sus padres, que ingresaron casi a la par que él y que fueron su «mayor preocupación» en el hospital. También el momento más feliz de sus 22 días ingresado: felicitar San José a su padre desde el otro lado del pasillo y recibir una sonrisa,

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