La expansión del coronavirus está directamente vinculada con la pirámide de población del país al que llega la infección. Según un informe de varios expertos de la Universidad de Oxford y el centro Leverhulme para la Ciencia Demográfica, en aquellos lugares en los que el COVID-19 ha podido ser contenido, el factor de la edad ha sido determinante a la hora de controlar el vector de contagio. Sus datos alertan de que en aquellas regiones en las que la epidemia comenzó en grupos jóvenes de población y se tomaron medidas de contención fue posible parar el avance de la enfermedad y, sobre todo, no saturar los servicios hospitalarios. En los países en los que la situación fue la contraria, la enfermedad avanzó de forma descontrolada.

El trabajo de los expertos supone una advertencia muy seria para España y avala las frases de los dirigentes políticos que alertan de que lo peor está por llegar. Los demógrafos que han realizado el estudio comenzaron analizando el caso de Italia, la segunda nación del mundo con mayor número de contagios detectados, después de China. En el país europeo la mortalidad se cebó con los sectores de más edad, de forma que se han registrado -la fecha de recolección de datos del trabajo es el 13 de marzo- un 10,8% de fallecidos entre los 70 y los 79 años; un 17,5% entre los 80 y los 89 años y un 21,1% de mayores de 90 años. En China, el 14,8% de los fallecidos tenía más de 80 años. Esta especial afección a los sectores de más edad explica también algunos datos de las últimas horas. En China, con 80.928 infectados, se han producido 3.245 muertes. En Italia, con algo más de la mitad de afectados, 41.035, se han producido 3.405 muertos, superando al país asiático.

En el estudio de la Universidad de Oxford se destaca que la pirámide de población explica esta diferencia de comportamiento.

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