La biorresonancia es una pseudoterapia que se basa en la biofísica de la mecánica cuántica, que asegura que todos los seres vivos están compuestos por campos electromagnéticos. Según su teoría, cada célula, órgano u organismo vivo tiene una frecuencia electromagnética específica que puede ser identificada. Si está frecuencia está en orden, tendremos salud, pero si está alterado -a causa de bacterias, virus, hongos, parásitos, toxinas, estados emocionales, predisposición…- y esto se prolonga en el tiempo, se producirán cambios químicos, malestar, e incluso, enfermedades. Además, al estar intercomunicados, si una célula u órgano está alterado, puede influir en los demás.

Esta teoría surgió en los años 70 de la mano del doctor Franz Morell y el ingeniero alemán Erich Rasche, aunque desde 1988, y basándose en una premisa muy parecida, el doctor mexicano Isaac Goiz Durán estableció lo que llamó el biomagnetismo. De hecho, como aseguran en Maldita Ciencia, a menudo, la biorresonancia se confunde y mezcla con otras pseudoterapias, como terapia magnética o biomagnetismo. Según la teoría del Dr. Goiz, todas las enfermedades proceden de desequilibrios del pH en los órganos del cuerpo y que, con unos imanes colocados estratégicamente, este equilibrio se reestablecería.

Para detectar y corregir esos desequilibrios, se utilizan los equipos de biorresonancia, unos complejos aparatos tecnológicos -como los de llamada terapia Mora, acrónimo de los apellidos de sus creadores Morell y Rasche- que, además de escanear nuestro cuerpo para detectar estos supuestos desequilibrios, son capaces de corregirlos.

A través de distintas versiones, ya sean mediante unos electrodos colocados en algunas partes del cuerpo -como tobillos y muñecas-, sujetándolos con las manos o introduciéndose en una maquina que simula a un escáner, estas máquinas, conectadas a un ordenador, muestran en una pantalla valores que, supuestamente, muestran los desequilibrios de nuestro organismo. Es a través de este mismo dispositivo como se realiza en tratamiento indicado para reequilibrar el organismo, por supuesto, sin efectos secundarios. Las sesiones requeridas dependerán de la patología a tratar, y a veces al tratamiento puede ir acompañado de tratamientos complementarios, como remedios homeopáticos o fitoterapia.

Bajo la premisa de los desequilibrios y enfermedades que supuestamente se provoca en estos campos electromagnéticos, la terapia con biorresonancia promete tratar para mejorar e incluso curar muchas dolencias y enfermedades, desde alivio del dolor, hasta recuperación de lesiones, pasando alergias o dermatitis. Los que la practican,

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