Este año Naciones Unidas propone “No dejar a nadie atrás” como lema para conmemorar el Día Mundial del Agua, en línea con las metas del Objetivo 6 de la Agenda 2030. Pero, ¿qué hay detrás de esa frase? ¿Quién se está quedando atrás? A pesar de los esfuerzos que se han hecho en el mundo durante las últimas décadas por reducir la población sin acceso al agua potable, 3 de cada 10 personas siguen sin acceso a este recurso fundamental en sus hogares. Como es fácil de adivinar, esta población –2.100 millones de personas–, no se encuentra repartida por igual entre las distintas zonas del planeta, ni las actuaciones llevadas a cabo han sido aleatorias. Hasta ahora, los esfuerzos se han focalizado mayoritariamente en aquellas zonas y grupos de población más fáciles de abastecer, con el objetivo legítimo de incrementar las cifras de cobertura rápidamente.

El resultado de esas políticas de inversión nos ha dejado un panorama actual marcado por importantes brechas de desigualdad, mostrando un claro perfil de la población que está quedando desatendida. La mayor parte de esta se encuentra en África Subsahariana y en Asia Central y Meridional, principalmente en comunidades rurales y áreas en las que habitan minorías étnicas, barrios con altos índices de pobreza y marginación y áreas urbanas informales, donde los réditos políticos son bajos.

Además de esta desigualdad geográfica, hay otra más imperceptible dentro de los propios grupos de población, que no son homogéneos. Se trata de aquellas personas que, por sus necesidades especiales, se quedan fuera de las soluciones pensadas para dar cobertura a la mayoría. Personas con algún tipo de discapacidad, personas mayores, niños y niñas, enfermos, etc., para los que accionar una bomba manual o acarrear un cubo de agua de la fuente al hogar es un reto inabordable.

Otro tipo de exclusión más sutil y aún menos evidente tiene que ver con el acceso a la toma de decisiones. La participación activa, libre y significativa está fuera del alcance de muchas personas. Unas veces por falta de espacios que hagan posible una participación abierta y que quedan restringidos a las élites (políticas,

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