Lo primero que hay que definir es qué es vida. Yo, como bióloga celular, pienso que la célula es la unidad mínima para la vida, ya sea esa célula una bacteria o una eucariota como por ejemplo cualquiera de nuestras neuronas. Las células pueden crecer, reproducirse y responder y mantenerse frente a los cambios, a eso es a lo que llamamos estar vivas. Para conseguirlo tienen que ser capaces de producir energía. Una célula puede llevar a cabo todas estas funciones si sus componentes están confinados dentro de un espacio, ya que si no las moléculas se dispersarían, no podrían encontrarse y no serían capaces de llevar a cabo todos esos procesos esenciales para la vida como por ejemplo la duplicación del material genético durante la división celular.

Si nos vamos al origen de la vida podemos ahondar más en la respuesta a tu pregunta. No existe una teoría única para explicar ese origen pero todas las que hay mencionan en algún punto la existencia de membranas en las primeras células. Y eso quiere decir que no podemos imaginar la existencia de vida sin esas membranas.

La membrana celular que también se llama membrana plasmática es una estructura que rodea toda la célula, encierra a sus componentes y permite el mantenimiento de una composición diferente entre el interior y el exterior de la célula. Está formada por una fina capa de lípidos donde se insertan proteínas. Estas proteínas pueden crear poros o canales que permiten la entrada y salida selectiva y controlada de sustancias que la célula necesita para seguir funcionando. Por estos canales, por ejemplo, entra la glucosa, uno de los principales alimentos para las células.

Solo visible con microscopio electrónico

La membrana celular es tan pequeña que ni siquiera podemos verla con un microscopio óptico, solo con uno electrónico. Y eso provocó que durante mucho tiempo, hasta la invención del microscopio electrónico, la comunidad científica describiera la membrana como una capa invisible que contenía en su interior todo lo que forma las células sin haberla observado nunca.

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