Uno de cada cuatro niños vive en un país afectado por un conflicto o por un desastre. El número de países en crisis se encuentra en su punto más alto desde la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. Casi nueve años de guerra en Siria han dejado cinco millones de niños en situación de necesidad y a más de dos millones y medio de menores de edad en situación de refugiados que viven en Turquía, el Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Tras cinco años de conflicto, la crisis humanitaria en Yemen sigue siendo una de las mayores emergencias en el mundo, con más de 24 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria. Alrededor de 3,6 millones de personas están desplazadas internamente y más de 368.000 niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda grave.

Ante este panorama desolador, Unicef ha lanzado el que es el mayor llamamiento de fondos de su historia ante la cifra récord de niños en emergencias: 3.800 millones de euros para ayudar a 59 millones de niños en 64 países de todo el mundo, recogido en el informe Acción Humanitaria para la Infancia 2020El documento, presentado este miércoles en Bilbao y Ginebra, resume los resultados de la labor de la organización internacional en 2019 y hace una estimación de los fondos necesarios para proporcionar durante el próximo año acceso a agua y saneamiento, y servicios de nutrición, educación, salud y protección a los niños. 

Más de 30 millones de niños han sido desplazados por los conflictos armados en todo el mundo, según Unicef. Muchos de ellos están siendo esclavizados o son víctimas de la trata, el abuso y la explotación. «Los conflictos se alargan cada vez más en el tiempo, y las necesidades de los niños también continúan. Cada año cuesta millones atender a la infancia, y cada vez hay más crisis», explica Meritxell Relaño,

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