Aunque el trabajo del suelo pélvico suele estar más enfocado a las mujeres, los hombres también deben trabajar esta parte de su cuerpo. A pesar de que no pasen por la experiencia del embarazo ni el parto, con el paso de los años el suelo pélvico masculino también puede debilitarse y desencadenar una serie de problemas que afecten a su calidad de vida.Como indican algunos estudios, el suelo pélvico está constituido por «músculos, ligamentos, tejido conectivo y nervios, que en conjunto otorgan un soporte adecuado y un control dinámico del útero, vagina, vejiga, uretra y ano». Sin embargo, al igual que otros músculos del cuerpo, si no se trabajan, terminan debilitándose.Además, someterse a una cirugía anorrectal, sufrir infecciones en la próstata y uretra, tener estreñimiento crónico o alguna anomalía congénita también pueden afectar al suelo pélvico, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Y hay que tener cuidado con los deportes de alto impacto (crossfit, baloncesto, running) ya que pueden debilitarlo, tal y como indica el artículo Reeducación del suelo pélvico.Las consecuencias de un suelo pélvico debilitado son la incontinencia urinaria y la incontinencia fecal o gases en los casos más graves. Asimismo, pueden surgir problemas de disfunción sexual que provoquen serias dificultades para mantener relaciones sexuales satisfactorias. El dolor pélvico crónico, en ocasiones, está también relacionado.Aunque la incontinencia urinaria y las disfunciones sexuales son los primeros síntomas que pueden aparecer, es recomendable no esperar a que se manifiesten para empezar a trabajar el suelo pélvico. De esta forma, se evitará que afecte a la calidad de vida y que los esfuerzos para fortalecerlo tengan que ser mucho mayores.Para identificar el suelo pélvico en los hombres el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento recomienda hacerlo, la primera vez, en el baño durante la micción, parando el flujo de la orina. Esos músculos que permiten cortar la micción y que, después, se relajan para que esta prosiga forman parte del suelo pélvico.No se recomienda trabajar los músculos del suelo pélvico de esta manera, sino que esto debe ser algo puntual para identificar cuáles son. En caso contrario, pueden empezar a producirse infecciones de orina con mayor frecuencia. Una vez ya hemos detectado cuáles son los músculos que debemos trabajar, existen varias formas de entrenarlos. Los ejercicios kegel están muy recomendados porque son eficaces. No obstante, es imprescindible que empiecen a formar parte de nuestra rutina diaria para comenzar a ver resultados.

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