Los ruidos que se experimentan en ocasiones en las articulaciones y que se asemejan a un chasquido o a un crujido son frecuentes en personas que no padecen ningún trastorno articular. Sin embargo, como subrayan en MSD Manuals, también pueden estar ocasionados por una afección específica como, por ejemplo, la artrosis.

Este particular sonido se origina «por burbujas de aire en el fluido sinovial», esto es, el líquido que recubre y lubrica las articulaciones, así como «por la salida de ligamentos fuertemente apretados al saltar de una superficie ósea a otra», explican en la Arthritis Foundation.

Al estirarnos por las mañanas en la cama, al agacharnos o al cambiar de posición, el fenómeno conocido como cavitación es algo normal en el día a día, por lo que en principio estos crujidos no tienen que suponer ningún problema de salud.

Entonces, ¿cuándo deberíamos preocuparnos? El principal indicador es el dolor. Si no se manifiesta, el ruido de las articulaciones en rodillas o tobillos es normal, pero «si se acompaña de dolor o inflamación» podría indicar «algún problema mecánico o enfermedad en la articulación» o alrededor de la misma, añaden.

Como explica en un artículo el fisioterapeuta y osteópata, Dani Reig, es posible que en estos casos los crujidos se asocien a algún problema que requiera tratamiento,

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