Controlar a los casos asintomáticos, los grandes propagadores del coronavirus, y detectar entre sanitarios y cuidadores curados a quienes hayan desarrollado «super-anticuerpos», una «inmunidad escudo» que les capacite para atender a la población, son estrategias clave para enfrentarnos a un nuevo brote epidémico.

Estas son las propuestas de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) que avanza su secretaria Carmen Cámara, en la que también analiza la dispar respuesta que presenta el sistema inmune de los afectados por Covid-19.

La doctora trabaja en la Unidad de Inmunología del Hospital Universitario La Paz de Madrid donde ya han empezado a caracterizar la respuesta inmunitaria de los pacientes infectados para intentar resolver las incógnitas de un virus, el SARS-CoV-2, todavía poco conocido.

«No hay patrón de paciente», explica la inmunóloga clínica. «Sabemos que en el 80% de los casos el sistema inmune funciona correctamente y los afectados son leves e, incluso, asintomáticos».

«Pero hay otro 20% -añade- que desarrolla una linfopenia severa (descenso de los linfocitos) y que fracasa en controlar la propagación del virus. A pesar de ello, el sistema inmune lo sigue intentando hasta provocar una inflamación exagerada» en las vías respiratorias.

Aunque esta reacción es más frecuente en pacientes mayores porque «han perdido la capacidad de desarrollar una buena memoria inmunológica», apunta, también otros más jóvenes presentan esta complicación respiratoria.

Para saber por qué ocurre, la Unidad de Inmunología de la Paz ha iniciado el seguimiento de su personal sanitario contagiado con el fin de encontrar biomarcadores que puedan explicarlo.

La diferencia entre la reacción inmunológica de unos y otros podría tener una base genética, desconocida hasta el momento. También podría responder a un defecto en la inmunidad innata, aquella que se desata cuando no consigue controlar al virus y provoca un daño.

La respuesta inmunológica de los niños frente al coronavirus es más potente que la de los adultos, ya que es muy bajo el porcentaje que llega a la fase más crítica de la enfermedad.

«En los niños, el virus entra menos y se replica menos», aunque son transmisores por «su forma de moverse, por su higiene…pero no porque ellos expelan más virus al ambiente», precisa la doctora.

Para Carmen Cámara, los casos asintomáticos de coronavirus han sido los «grandes propagadores» no tanto por su carga viral,

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