El sector agropecuario español está en pie de guerra. Agricultores y ganaderos alertan de que los aranceles que Estados Unidos amenaza con imponer a productos importados desde la UE lastrarán la competitividad y causarán un impacto negativo de 970 millones de euros en las exportaciones del sector, según calcula la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Los artículos más afectados serán vino, aceite, aceitunas y productos lácteos, fundamentalmente quesos. «No puede ser que una batalla que tiene que ver con la aeronáutica afecte a un sector que no tiene nada que ver con ello», lamenta Miguel Blanco, secretario general de COAG. «Pediremos que se aplace la aplicación de los aranceles y después pararlos; y si no hay solución no cabe duda alguna de que se nos tiene que compensar milimétricamente». 

Washington anunció el miércoles —tras recibir luz verde la Organización Mundial del Comercio (OMC)— que impondrá gravámenes a productos europeos a partir del próximo 18 de octubre por valor de 7.500 millones de dólares (6.900 millones de euros) para compensar las pérdidas que denuncia haber sufrido por los subsidios que Bruselas y otros cuatro Gobiernos europeos (Alemania, Francia, España y el Reino Unido) concedieron a Airbus. Pero la lista provisional de los artículos a los que la Administración de Donald Trump quiere aplicar gravámenes no solo incluye aviones: la mayoría son productos agroalimentarios, desde el aceite de oliva al queso de cabra, a los que Washington pretende aplicar una carga del 25%.

El sector agroalimentario ha pedido que la respuesta de Bruselas y Madrid sea contundente. Estados Unidos es el principal destino de los productos agroalimentarios españoles después de la UE, por un valor de más de 2.032 millones de euros, según COAG. Si la amenaza de los gravámenes estadounidenses se materializa, casi la mitad de las exportaciones del sector al otro lado del Atlántico perderían competitividad, alerta la asociación. A ello se aúna la reciente firma del tratado comercial con Mercosur, que ha sentado como un jarro de agua fría a agricultores y ganaderos.

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